miércoles, 23 de julio de 2014

“Mamá, de mayor quiero ser periodista”

Los que me conocen desde pequeño saben que siempre he querido ser periodista. Lo siento en las venas.  Cuando se lo dije a mis padres, me miraron con cara de incredulidad y extrañeza, pero siempre me han mostrado su apoyo. Poder contar al mundo la verdad de lo que ocurre, es lo más grande que le puede pasar a alguien que se quiera dedicar a esto.  Sin embargo es lamentable comprobar el estado en el que se encuentra la profesión. Y no precisamente por las oportunidades laborales, que también, sino por la degradación que ha alcanzado. Cuando uno ve que hay gente que se acepta hacer de perro de su amo, y estar dispuesto a sentarse al lado de su superior con tal de copiar al dictado como un dócil cordero, se lo piensa dos veces antes de lanzarse a estudiar esta carrera. Cada vez que observo este comportamiento cuando veo la tele o leo algún artículo, el sentimiento de resignación se mezcla con otro de motivación. Vale, cierto. Puede haber gente sin principios que acceda a hacer eso, pero, ¡diablos, también hay periodistas que no bajan la cabeza ante tal humillación! Muchos me dicen que para llegar a ser algo en esta vida, hay que ser un canalla y extremadamente astuto, o no me comeré un rosco. Pero yo no pienso así. Y jamás lo haré. Podrán quitarme todo, pero jamás me arrebatarán los principios. Gente que tiene que comer, ha sido apartada de sus obligaciones y posteriormente despedida por no plegarse a realizar esas penosas “informaciones”. Ellos son un ejemplo para mí. Si, puede que el periodismo esté prácticamente de capa caída. Sí, puede que haya gente que desconoce la ética profesional. Pero ello no me desmotiva, al contrario: hoy más que nunca quiero ser periodista.

Pablo Torres Yébenes

23/07/2014

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