NOTA:
Sigo, seguiré hablando y dedicando artículos a este tema, porque me parece
lamentable el silencio mediático y cómplice que está habiendo por parte de
compañeros de profesión con el tema de las TVs públicas, y el expolio, humillación
y manipulación a la que han sido sometidas. Esto no puede acabar así. Ahí va el
artículo:
Imagen: Alfonso García |
Ha trabajado en Telemadrid entre 1991 y
2006, siendo además Director de Informativos de la cadena entre 2002 y 2004.
¿Cómo valora esa etapa profesional y periodísticamente?
Debo decir que coincidió con la mejor etapa
profesional de Telemadrid y, por ende, personal. En informativos, durante esos
años, se logró formar diferentes equipos de profesionales que en ningún caso
estaban adscritos a ningún partido político. Los diferentes directores de
informativos que hubo desde el nacimiento de Telemadrid hasta enero de 2004
–entre los que me incluyo-, solo tuvimos como referencia el servicio a los
madrileños y la información plural. Durante esa etapa no cabía la
instrumentalización política y la cadena trabajaba en plena libertar y sin
sometimiento al poder político. Esto no quiere decir que no lo intentaran, pero
la fortaleza y el ADN de independencia que nos marcó desde el origen, hacía que
los políticos abandonaran sus intentos.
Usted
explicó en uno de sus artículos que cuando fue destituido como jefe de
los SSII en enero de 2004, Manuel Soriano le confesó los “malvados” planes que
tenía preparados para Telemadrid. ¿Qué fue lo primero que se le pasó por la
cabeza cuando escuchó eso? ¿pensó que esto iba a llegar tan lejos?
Sin duda. Los peores augurios se
materializaron de inmediato. Con solo juzgar que el director
general de la
cadena había sido jefe de prensa de Aguirre y que el director de informativos
era el subdirector de La Razón, poca esperanza cabía de que a partir de ese
momento Telemadrid siguiera siendo libre e independiente. Recuerdo que un par de semanas antes de que
mi destitución, Manuel Soriano me llamó por teléfono para interesarse por unas
declaraciones de Carlos Iturgaiz, unas declaraciones –quiero recordar- algo
desafortunadas que a la cúpula del PP no gustaron. Desde Génova –cosa que no
había sucedido nunca- llamaron a Soriano para que esas declaraciones no se
dieran y Soriano me llamó para transmitirme la orden. Solo hubo un problema,
esas declaraciones ya las habíamos dado por una sencilla razón: eran noticia.
Intentó obligarme a que cuando hubiera declaraciones que pudieran perjudicar al
PP se lo hiciera saber. Naturalmente no le hice caso.
A las pruebas me remito, Telemadrid se ha
convertido en un burdo instrumento para el PP que, en la actualidad, ya ni les
sirve pues apenas tiene audiencia. Esto quiere decir que no le ven ni siquiera
los votantes del PP.
Alfonso García presentando uno de sus primeros Telenoticias en Telemadrid, en 1991 |
Francamente me da mucho miedo. Es muy
difícil, por no decir imposible, que Telemadrid vuelva a ser lo que era antes
de que llegara el PP. Ha habido un ERE y por tanto una descapitalización de
recursos humanos y profesionales. En los últimos diez años en Telemadrid ha
habido mucho dolor y sufrimiento. Me apenaría que si hubiera un cambio político
en la Comunidad de Madrid, los nuevos gobernantes hicieran gestión de
revanchismo, reeditando los peores tiempos de TVE. Por ello, si se produce ese
cambio, los gestores de la cadena deben ser profesionales contrastados e independientes del poder
político. No es tan complicado. Lo hicimos posible durante 15 años desde 1989
hasta 2004.
Gente
del medio afirma que la profesión está en horas bajas y que debe reinventarse.
¿Cree que es algo momentáneo o que el periodismo ha entrado en una crisis
permanente? ¿Cómo ve hoy en día el mundo del periodismo?
Probablemente estemos ante el peor momento
del periodismo. No por la crisis económica, que también, sino porque esa crisis
ha destapado, a mi juicio, otra de mayor calado: la de la profesionalidad. En
España hay muy pocos ejemplos de periodismo libre. Aquel medio que lo ha
intentado ha sucumbido. Descontando la dictadura, no podemos decir que la
Transición haya sido un ejemplo en el medio periodístico. Probablemente de
aquella etapa vengan los males actuales para la profesión. La necesidad de
ayuda mutua (políticos y periodistas) que requería el momento, se ha convertido
no solo en sometimiento sino en “apresebramiento” de los medios respectos a los
políticos o, mejor dicho, las administraciones. Muchos medios de comunicación
subsisten gracias a la publicidad institucional y hay claros ejemplos de
cierres por no poder asumir los gastos al no recibir publicidad por no ser afín
al gobierno de turno. Ello ha derivado en un periodismo de trincheras con
guerras mediáticas entre “bandos” que
resultan devastadoras para la credibilidad de la profesión.
Pero el periodismo se enfrenta a otra
crisis no menor: la formación. Resulta desalentador el bajo grado de formación
que tienen los estudiantes universitarios. Da igual que se trate de
universidades públicas o privadas. He trabajado, y sigo haciéndolo, con alumnos
de ambas enseñanzas y el desconocimiento que una gran parte tiene de la actualidad y de la historia
reciente es de una gravedad preocupante.
Sucedió en Madrid fue uno de los programas estrellas de Telemadrid y estuvo presentado por Alfonso García. |
Resulta muy complicado aislar un momento
después de 31 años de ejercicio. Los hay personales, como la primera vez que
dirigí un programa de radio o presenté el primer Telenoticias en Telemadrid o
cuando éramos líderes de audiencia durante largos años. Y profesionales, la
Conferencia de Paz de Madrid en 1991, los años de plomo de ETA en Madrid, el
asesinato de Miguel Ángel Blanco, las manifestaciones contra la Guerra de
Irak y, por supuesto, los atentados del
11M. Y muchos más, sin duda.
Hay
incluso quien dice que hoy en día se le llama periodismo a cualquier cosa,
¿Cuál es su valoración respecto a esa idea?
Para hacer periodismo no todo vale. Como
ocurre en muchos medios públicos, no es hacer periodismo ser un aparato de propaganda
del partido que gobierna. Tampoco lo es hacerse eco de los comunicados
oficiales y conformarse con cualquier cosa para rellenar una página de
periódico o unos minutos de radio o televisión. No es hacer periodismo cruzarse
de brazos y aguantar que nos den una conferencia a través de un monitor de
televisión sin posibilidad de preguntar. Por supuesto, no se puede hacer periodismo
en 140 caracteres.
Y
finalmente, la clásica pregunta que hago a mis entrevistados: un mensaje para
los futuros periodistas.
Pues justamente no hagan ni permitan lo que
acabo de citar. Un periodista debe ser inconformista y, si me apuras, dudar de
todo. Debe preguntar y tener la opción a hacerlo y, sobre todo, debe ser riguroso en su trabajo y contrastar
las fuentes y los datos.
La objetividad es un estado casi utópico y,
aunque se pretenda, será imposible de conseguir. Lo que no es imposible de
alcanzar es la honradez y eso completa todo lo que debe tener un periodista.
Le doy las gracias a Alfonso García por haber aceptado contestar las preguntas. Gracias por estar ahí. Nos vemos en otra.
Pablo Torres Yébenes
Pablo Torres Yébenes
28/07/2014