Cuando
a finales de mayo, los principales ayuntamientos del país quedaban en manos de
nuevas formaciones políticas diferentes a las tradicionales, estaba convencido
de que los poderes mediáticos no se iban a quedar de brazos cruzados. Y como de
costumbre, el famoso “Cuarto Poder” no dudó en reaccionar ante ello: nada
sorprendente. Hace unos días, me dio por encender la televisión. Vi con
estupefacción el informativo de Telecinco. Dedicaron casi un cuarto de hora del
espacio a hablar sobre la decisión de algunos alcaldes, como el de Santiago de
Compostela (Compostela Abierta), de no acudir a actos religiosos, coincidiendo
además con el día de Galicia. Cambié de canal: lo mismo con Antena 3. Minutos y
minutos hablando de la “descarada” decisión de estos ediles. Todo ello adornado
con palabras medidas y otorgando al espectador una, cada vez menos creíble,
sensación de veracidad. No quise seguir haciendo zapping: suficiente. Hoy
mismo, Antena 3 ha dedicado un trozo importante de “Espejo Público” a hablar
sobre la osadía de Manuela Carmena. Y resulta que la Alcaldesa de Madrid "se ha atrevido" a cogerse unos días vacaciones y no ha podido asistir a la Fiesta de la
Paloma, que se celebra estos días. En su lugar ha acudido la primera teniente de alcalde Marta Higueras. El programa ha contado con una tropa de
tertulianos que han criticado duramente en su mayoría que Carmena haya decidido
no asistir a misa. Permítanme recordarles que el artículo 16.3 de la
Constitución de 1978, esa que defienden a capa y espada de los terribles bolivarianos,
define a España como un país sin religión oficial. Cito textualmente: «Ninguna confesión tendrá carácter estatal.
Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad
española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la
Iglesia Católica y las demás confesiones». Pero claro, hasta para
quienes no han entendido, o no quieren entender, que este país ya no tiene
necesidad de vivir bajo el yugo de la Iglesia Católica, la Carta Magna vuelve a
contradecirles una vez más. Ellos lo saben, pero parecen silenciarlo. Paradójicamente,
el programa ha desatado en Twitter una ola de comentarios contra la temática a la que han dedicado hoy gran parte del programa. Y es que, aparentemente, nos encontramos ante a una estrategia de
acoso y derribo como nunca antes habíamos visto. Si no, no se encuentra otra
explicación ante tal comportamiento de los medios de comunicación. La reflexión
es la de siempre, sin sobresaltos. Que los intereses del duopolio
Atresmedia-Mediaset están orientados hacia el poder económico-político, es algo
demasiado obvio. Todas estas informaciones dejan cada vez más al descubierto la
verdadera cara de la moneda. Cada vez resulta más fácil darse cuenta de ello.
Basta con repasar los telediarios de los últimos siete días. Nada parece ser
casualidad en televisión o radio, ni siquiera en los programas informativos.
Entonces, ¿por qué (casi) todos los medios abren con estos titulares? La
respuesta parece evidente. Que cada uno juzgue por sí mismo: a las pruebas me
remito.